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La competencia dulce

  • Foto del escritor: Paola Dimitri
    Paola Dimitri
  • 28 mar 2019
  • 3 Min. de lectura

O quien hace la mejor tarta de mermelada

Les debo que confesar que he pasado la mitad de mi vida a dieta, pienso que igual que muchos otros, no tengo la suerte de tener un metabolismo activo; eso si, no he dejado de darme esos gustos “pecaminosos” que proporcionan el buen comer. Para mi la cocina, la preparación de los alimentos, los alimentos en si mismos son una especie de “curiosidad gustativa”. Es una curiosidad perenne, un insaciable placer de conocer y descubrir cosas nuevas. Cocinar y disfrutar la comida, no tiene nada que ver con comer por comer, o con comer para sentirse lleno, o comer para ensuciarse la boca. Disfrutar la comida involucra todos los sentidos. Un plato equilibrado emociona, por como se ve, por como huele, por como sabe y finalmente por como suena dentro de ti cuando lo estas masticando, saboreando, y finalmente tragando. Solo hacer el amor seria comparable con la sensualidad envuelta en el disfrute de una buena mesa. Al fin y al cabo preparar de comer es un soberano acto de amor y de entrega a los demás…


Dejando a un lado estos rollos de moral ético-filosóficas, en casa se ha desatado una competencia por quien haga la mejor “crostata” de mermelada. La crostata en Italia es la tarta de masa friable rellena de mermelada o de crema o de fruta; vamos, para entendernos mejor, es un “pie” de mermelada; como esos de ciruela o de guayaba que hacían, en mis años infantiles, los chinos del Parque Independencia en Santo Domingo (si, me delate… soy una baby boomer)… Sigamos con el relato. (#crostata, #mermelada, #tarta,)


La competencia empezó con mi crostata de naranja; rica, muy sabrosa, con una masa crujiente y bastante equilibrada. Quedo buena, lo se, por que tuvo muy buena acogida, se acabo en una noche y parte de un día. Al día siguiente llegó la réplica. Oh Señor!!!! No se ni como explicarme… Grandiosa, envolvente, acariciante… Una masa crujiente sin ser grasosa, compacta sin ser seca, dulce en su punto justo y lo mejor de todo, es que si esta buena recién hecha al día siguiente esta aun mejor! Como se reconocer mi derrota, yo misma declaré la tarta ganadora y al nuevo “Re delle crostate” (Rey de las “crostatas”), esperando que con el título vengan otras deliciosas tartas para disfrutarla en los desayunos, con un café después de comida o con una deliciosa taza de te en la merienda. (#desayuno, #merienda)


Olvidemos por un rato las dietas y los regimenes…


Tarta lista para el horno!

Crostata de mermelada.

Tarta de mermelada


Ingredientes 

300 gr. de harina 00 o de repostería (3 tazas + 2 cucharadas rasas aprox.)

150 gr. de azúcar (2/3 taza)

ralladura de limón 1 cucharadita

100 gr. de mantequilla fría (3.5 onzas)

1 huevo

1 yema de huevo

1 pizca de sal

1 pote de mermelada de 340 gr. (12 onzas)


Preparación

Mezcla la harina en un tazón grande con el azúcar y la sal. Luego, agregue la mantequilla fría en trozos pequeños o si te viene mejor ráyala sobre la harina y trabaja todo con la punta de los dedos, hasta obtener una mezcla con la consistencia de la avena . Haz un hueco en el centro de la mezcla y agrega el huevo y la yema batidos y la cucharadita de ralladura de limón. Mezcla todo hasta obtener una pasta suave pero no pegajosa. Toma la masa, forma una bola y envuélvela en papel film (plástico) para alimentos. Deja reposar en la nevera durante al menos media hora. Una vez pasado el tiempo, retíralo, corta un tercio de la masa y guárdalo aparte, te servirá para hacer la decoración de la tarta.


Extiende la masa en papel de hornear hasta que obtenga un disco no demasiado delgado (3 o 4 mm de grosor) y aproximadamente 30 cm de diámetro (12 pulgadas aprox.). Levántalo con todo el papel y colóquelo en el molde redondo (de 9 pulgadas de diámetro) de hornear tartas . Cubre bien los bordes, si es posible dejando la masa que sobresalga del molde. Corta la masa más allá del borde de tu molde y junta los recortes a la masa que has reservado previamente. Pincha la base de la tarta con un tenedor extendiéndola de manera uniforme. Cubre el fondo de la tarta con la mermelada y luego procede a decorar.

Extiende con un bolillo, la masa que has reservado, y corta tiras de aproximadamente 2 cm (1/2 pulgada) de ancho con el cortador de pasta o con un cuchillo. Usa estas tiras para terminar el borde exterior de la tarta y formar la parrilla clásica . (como ves en la imagen)


Cocina la tarta de mermelada en un horno con ventilado durante 30 minutos a 180 ° C. y si tu horno es estático lo hornearas unos 45 min. aprox. a la misma temperatura. Una vez que esté bien dorado en la superficie, sáquelo del horno y déjelo enfriar.


Ahora que has terminado, preparate un buen café y regalate un pedazo de gloria...

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